Jacinto Convit
Diario Ultimas Noticias, Caracas, Venezuela, Año 66 No. 26521: 47, 2007.
Venezuela, te escribo con el objeto de rendirte cuentas sobre la utilización de gran parte de mi tiempo como médico, a partir del mes de octubre de 1938, fecha en la que obtuve el grado de doctor en Ciencias Médicas en la Universidad Central de Venezuela.
Ingresé en la misma fecha de mi graduación a la Leprosería de Cabo Blanco como residente y esto representó un hito en mi vida profesional, la que te dediqué con especial entrega desde su inicio.Las condiciones en las que se encontraba dicha leprosería eran lamentables: estaba concebida para realizar el aislamiento compulsorio de enfermos provenientes de toda tu geografía, ya que no se disponía de un medicamento efectivo para su tratamiento, se contaba únicamente con el aceite de Chaulmoogra, de muy dudosa eficacia.

Después de algunos años de investigación, logramos determinar que un derivado de un compuesto (Sulfota), Diamino-Di-fenil-Sulfona (DDS) y la Clofazimina, tenían suficiente efectividad para curar la enfermedad. Esto tuvo una feliz consecuencia: eliminar el aislamiento compulsivo y por tanto, las leproserías donde éste se realizaba.
En los años subsiguientes, en la década de los sesenta, llevé a una reunión convocada por la Organización Mundial de la Salud en Londres, junto a investigadores de otros países que trabajaron en un proyecto similar al nuestro, los resultados de nuestra experiencia. Se preparó un trabajo científico publicado en el boletín de esa Organización (Bull. Org. Mond. Sant, 42:667-672,1970) denominado: Therapy of Leprosy, realizado por Convit, J., Browne S.G., Languillon, J., Pettit, J.H.S., Ramanujam, K., Sagher, E, Sheskin, J., Des Souza Lima, L., Tarabini, G., Tolentino, Waters, M.F.R., Bechelli, L.M. y Martínez Domínguez, V.
Los avances señalados sirvieron de base para el programa de Poliquimioterapia de la Lepra, difundido por la OMS en todos los países endémicos, suministrándose sin costo alguno los medicamentos para tratar a todos los enfermos existentes. Este programa funciona actualmente.
El objetivo más satisfactorio del esfuerzo realizado fue la eliminación de las leproserías, pasando el enfermo, de esta forma, a ser tratado en servicios de campo creados para dichas actividades. En este aspecto deseo informarte la importancia que tienen estas actividades de campo, donde el enfermo es curado de su afección sin detener las actividades como ciudadano. Y el orgullo que sentimos en lograrlo.
Tú, mi Venezuela, fuiste la primera de las naciones en el mundo en mostrar que la dignidad del ser humano enfermo de lepra debe ser preservada.

Refiriéndome a la Leishmaniasis cutánea, haz de saber que desarrollamos una vacuna que resultó muy eficaz en el tratamiento, lográndose 95% de curaciones sin fenómenos secundarios. Como esta vacuna fue concebida como un instrumento social, será por lo tanto sin costo para el enfermo.
Lo mejor que tienes son tus hijos, particularmente las nuevas generaciones. De ellas queremos ocuparnos con lo mejor que hemos aprendido: nuestro amor por la ciencia. Tenemos el empeño de acercar la cultura científica a las nuevas generaciones a través de documentales que favorezcan su interés por la vida, por la investigación, la solidaridad con el prójimo, el desarrollo de un espíritu curioso y crítico. Ya venimos ofreciendo dos obras: "Ciencia y arte": la cruzada que devolvió los derechos humanos a los enfermos de lepra y "Los secretos del volcán".
Venezuela, tienes un grupo muy distinguido de investigadores científicos, no hay la menor duda de eso. Gente que ha producido cosas importantes. El desarrollo de la ciencia condiciona la evolución de los países. Un país que no tenga una ciencia evolucionada será siempre un país de tercera o cuarta categoría. Todas las grandes naciones le dedicaron a la ciencia un esfuerzo gigantesco. Y aún hoy lo hacen.
Es ya el tiempo de que todos los que te amamos, así como a nuestro pueblo, hagamos un esfuerzo conjunto para eliminar la pobreza y la falta de una educación esmerada basada en la libertad y autonomía, como seres humanos que deben ser formados para gozar de una solidaridad profunda y de un amor hacia ti y tu naturaleza y por nuestro Dios, a fin de que sea erradicada la violencia reemplazada por un amor sin fronteras, antídoto del odio, de la envidia y de la mezquindad.
Te agradezco el haber sido formado en tu seno y el haber entendido en mi tránsito en la vida asentado en ti, que es el trabajo compartido en equipo, consciente y sostenido es el más fructífero.
Fuente: http://www.jacintoconvit.com/
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